La carta está dirigida a Derechos Humanos, escrita por Dora Amaya, hija de Eulogio, quien fue condenado a 11 años de prisión por ser autor de tentativa de homicidio agravado por haber sido cometido contra la persona con la que mantuvo una relación de pareja y por mediar violencia de género, en perjuicio de Alejandra Cuello; en concurso real con tentativa de homicidio simple agravado por el uso de un arma de fuego, en concurso ideal con portación de arma de fuego de uso civil sin la debida autorización legal, en perjuicio de Sergio Oscar Cuello.
CARTA:
«Queremos poner en su conocimiento y solicitar que se evalúe la situación procesal y condiciones de vida de nuestro padre Eulogio Amaya, quien se encuentra cumpliendo una condena de 11 años por homicidio agravado y homicidio simple en grado de tentativa, por lo que expondremos la situación actual y los motivos que nos llevan a recurrir a este organismo.
En el momento del hecho por el que se disputa la pena, tenía 78 años y actualmente es una persona octogenaria de 81 años, con graves problemas de salud que se han ido empeorando en estos años, en estos momentos se encuentra cumpliendo la condena en la comisaría de Santa Isabel, con la posibilidad de ser trasladado a una penitenciaría de San Luis, por tal motivo nos urge que intervengan para frenar esto, ya que estábamos convencidos que por su edad y sus problemas crónicos de salud, comprobable por certificados médicos de cada especialidad, le iban a conceder la prisión domiciliaria en Santa Isabel, dado que anteriormente fue rechazada para la localidad de Algarrobo del Águila, lugar de residencia de toda su vida y también para Santa Isabel.
Respetando siempre la decisión de la justicia, debemos decir que nuestro padre fue una persona de trabajo honesta, nunca tuvo problema alguno con la justicia, ni con ningún vecino; fue una persona muy solidaria y de bien durante toda su vida.
Luego de estar mucho tiempo solo conoce a una mujer con quien inmediatamente forma pareja y a los tres mese se casan, con la que tienen una gran diferencia de edad, hoy en día la dama, tiene 47 años, en ese momento él estaba muy bien económicamente, tenía una vivienda propia con tres fondos de comercio, maquinarias de carnicería equipamiento para secado de cueros y poseía cuatro automóviles en uso, a un par de meses vende gran parte de su capital y se mudan a Gral. Alvear Mendoza, de donde es oriunda la mujer mencionada, allí compran una propiedad a menor valor y asientan una casa prefabricada, donde se van a vivir junto a la suegra y al hijo menor de la esposa, allí nuestro padre emprendió un nuevo negocio, el cual no prosperó y no se pudo acostumbrar al lugar, por lo que le deja la vivienda a ella y vuelve al pueblo solo, donde alquila una casa para vivir y reiniciar su comercio, ya que tenía una clientela de más de treinta años y logra posicionarse positivamente; transcurrido un tiempo, su señora se vuelve al pueblo con él, trayendo a su hijo y a su madre.
Después de un tiempo venden la vivienda de Gral. Alvear y compran la casa que alquilaban, así continuaron con el comercio.
Después de un par de años amplían el comercio y cierto día llega una persona con vinculo de hermano de la señora y se queda a vivir con ellos, este señor no tenía casi trato con nuestro padre, ya que solo lo habría visto alguna vez, este hombre tenía como profesión panadero por lo que le dan la posibilidad de empezar un emprendimiento en su local, ayudándolo a comprar algunas maquinarias ya que en ese momento no tenía ningún ingreso económico por ser familiar lo albergaron en su hogar, pasado unos meses, comienzan los inconvenientes de convivencia entre nuestro padre y el hermano de la esposa, siendo uno de ellos motivado por el impedimento de parte del hombre hacia mi padre de que no atendiera a la clientela y a los proveedores. Esto lo llevo a que él se sintiera vulnerable ante la situación que vivía, ya que su vida siempre fue el trato cordial con las personas, así se sintió desplazado y le pidió que alquilara otro lugar, tanto para vivir como para su negocio, para evitar inconvenientes, ya que su estadía rondaba en seis meses compartiendo con ellos; no siendo así él sigue en su casa y el que se lleva la sorpresa es nuestro padre dado a que su esposa le pide el divorcio sin tener conflictos matrimoniales con anterioridad, fue toda una sorpresa para él pero lo aceptó bien, porque ella le dijo que ya no se sentía cómoda en esa relación y que quería divorciarse, pasándolo de inmediato para otra habitación y le dijo que se alquilara algo para vivir; así fue que él se muda a una casa a pocos metros de ahí, precisamente en la esquina, disponiendo ella de una abogada y así consensuaron un arreglo de la división conyugal, donde le daría la casa precaria de la esquina que estaban comprando y un vehículo que pretendía que lo vendiera y le diera la mayor parte del dinero a ella.
Después de dos o tres días, más allá que él había cambiado de domicilio ella lo seguía frecuentando, seguían hablando y teniendo una buena relación, según nuestro padre y ella en declaraciones hecha por la causa.
Visto por mí, como hija, era muy precario el lugar donde vivía mi padre de edad avanzada y con problemas de salud, no contaba con conexión de gas, la instalación eléctrica era deficiente, no tenía conexión de agua interior, no tenía cielo-raso, había mucha humedad y las paredes carecían de revoque, se hace hincapié en esto ya que consideramos que estas condiciones edilicias, afectarían aún más sus problemas de salud (problemas cardiacos crónicos, asma crónica, problemas de presión alta, trastornos de la marcha, (inestabilidad psicomotriz), que fue empeorando en estos años, sumándosele en estos tres años problemas de próstata, por lo que debe usar pañales continuamente y necesita cirugía de manera urgente la que fue postergada por seis meses, estando hoy en tiempo de realizarla), por todas estas enfermedades tiene medicación de manera continua; lo que exponemos está respaldado por los especialistas de cada afección mencionada.
En el momento de la separación, con todos estos problemas de salud que él venía padeciendo, igualmente acepta todo lo que ella dispone, es así que está de acuerdo con la propuesta de venta de la camioneta y darle lo que la señora solicitaba. Esta mujer en toda declaración ante el juez y ante la psicóloga asignada por la justicia dice como lo dice él que nunca tuvieron ningún altercado entre ellos porque él nunca se opuso a sus reclamos; sí nuestro padre tiene un entre dicho con el cuñado por cuestiones de que este se apoderó de su casa y sus pertenencias, negándole una vez que él ya se había separado, la posibilidad de sacar sus pertenencias, insultándolo y agrediéndolo verbalmente, hirientemente y en forma de burla ya que lo había corrido de su casa y él se quedaba como si fuese dueño del lugar.
A los dos días de haberse ido, mi padre regresa porque su ex, le dice que puede pasar a buscar las cosas que le faltaba llevarse, al tratar de hacerlo, el ex cuñado, una persona joven, fornida y gozando de buena salud, lo increpa cerrándola la puerta en la cara y diciéndole que si volvía lo iba a sacar a patadas por el culo.
Me pregunto, como se puede sentir una persona anciana sin tener ninguna posibilidad de pedir ayuda, sufre tanta violencia psicológica al sentir que había perdido todo en ese momento, hasta sus afectos más íntimos, hijos y nietos, ya que desde que se casó con esta mujer tuvimos muy poco contacto con él, siendo una de mis hermanas la que tenía un poco más de relación, porque esta señora la aceptaba mínimamente no porque nosotros como hijos no quisiéramos visitarlo, sino porque esta mujer no nos dejo compartir con él y lo fue aislando, pero nosotros como hijos quisimos respetar su decisión ya que nuestro padre dio prioridad a su esposa y lo aceptamos así. Así mismo esporádicamente lo visitábamos, recibiendo un desprecio por parte de la señora, que nunca llegamos a entender, ya que como hija y para crear vínculos de respeto, intenté algunas veces asistir a un taller de costura que ella dictaba, pero me fue cambiando los horarios para excluirme.
Como hija y como mujer, no puedo entender lo que consta en expedientes de la desigualdad de poder en esta relación achacando a mi padre la figura de manipulador, machista y violento; pero las pruebas dicen otra cosa, en estos siete años de convivencia (desde 2012 a 2019), se puede ver que la señora hacía y deshacía a su manera, sin tener en cuenta la opinión de su esposo, ya que ella era la única titular cien por ciento de la camioneta y su hermano el titular de la tarjeta Azul, apoderada de la jubilación de él, no teniendo nuestro padre conocimiento ni acceso a lo que se le pagaba, también era la apoderada de la obra social PAMI, haciendo uso de la misma durante el matrimonio y luego de haberse divorciado; además, contaba con una tarjeta de crédito en la cual se había imputado compras de un ochenta por ciento de su jubilación un mes antes de la separación y que debían ser canceladas a lo largo de un año, provocando esto que él no tuviera dinero disponible durante ese periodo; estando ya él detenido, ella recibe una tarjeta de crédito a nombre de nuestro padre y la utiliza para pagar servicios no esenciales, al darnos cuenta de la situación pedimos a la entidad bancaria la baja dicha tarjeta.
Todo eso nos deja ver que nuestro padre no tenía poder sobre sus decisiones en nada y no coincidimos en lo que la señora declara, ya que falta a la verdad hasta cuando dice que al momento de entregarle mercaderías correspondiente a la división de bienes, se las ordenaron y le acondicionaron, ya que contamos con pruebas que demuestran lo contrario y sabemos que las mercaderías las dejaron tiradas en el piso y la mayoría estaba vencida o próximas a vencer.
Y me pregunto como se entiende esto, se habían separado, habían acordado ya la división conyugal y seguían en buenos términos, pero pareciera, o al menos así lo percibo que aquí solo importaba lo material, porque de que asimetría de poder habla esta señora, en este vínculo, es muy claro que hay sí, una asimetría de poder., pero de ella hacia él, donde el naturalizaba la violencia económica y emocional que ella le ejercía, ya que ella siempre decidió sobre su vida afectiva y emocional, su bienestar económico, sobre la sociabilización que fue su forma de vida, alejándole sus amistades, familiares y clientes; esto queda demostrado ya que siempre nuestro padre fue muy cariñoso con sus nietos y no tenia en estos años vínculos con ninguno de ellos.
Con esto podemos ver la desigualdad que existía en esta relación, ya que él estaba aislado de su familia, mientras ella viva con su hijo, su madre y su hermano en la casa matrimonial, dejando en evidencia que la que mandaba era ella. Por eso y por sus declaraciones nos consta que jamás nuestro padre fue violento y que si se llevaban muy bien, siempre hizo lo que quiso con él y sus bienes.
Esto nos consta porque mi padre, después del episodio que tuvo lugar en el comercio con el cuñado y desenlazó en esta condena, seguía creyendo que Ale, como la llamaba él iba a relatar los hechos como sucedieron, ya que era la única persona que estaba en ese momento en el lugar, él afirma que nunca intentó dispararle a ella, no tenía motivos para eso; por lo que cuando se le comunica situación judicial, de la pena que debía cumplir, se sintió desgarrado por la noticia y poniendo en duda lo que le estaba diciendo, decía que no podía ser, porque Ale sabía muy bien que no era así, no tomando dimensión de la situación, intenta comunicarse con ella para disculparse por el problema que tuvo con su hermano, lo que la justicia toma como un hostigamiento y desacato a lo impuesto.
Pasado un tiempo de los hechos, nos cuenta que no sabía que le pasó en el momento de lo sucedido, ya que él dormía mucho, estaba como aturdido, era como si fuese otro, dice que no se acuerda como salió del lugar de los hechos y como llegó a la casa en la que él estaba viviendo, así como esto podríamos contar muchas más situaciones, pero quisiéramos reflexionar sobre cual fue y es la culpa o la intensión de cada parte?, ella una mujer joven, modista a quien se le olvida mencionar en sus declaraciones que fue policía en la provincia de Mendoza y que seguramente debe tener algún conocimiento sobre manejo de armas y de justicia, nuestro padre un señor mayor, con problemas de salud y con intensiones de vivir una vida tranquila como estaba acostumbrado. Esperamos puedan entender y ayudarnos en esta difícil situación, ya que consideramos que tanto a él como a nosotros nos vulneran los derechos a ser escuchados y tener en cuenta nuestra situación, ya que también somos hostigados, siendo catalogados de violentos y amedrentadores, cuando dicen que hemos amenazado a la señora y a su familia y nunca la hemos visto que este encerrada y sin posibilidades de hacer una vida social. Al contrario tiene una activa vida social, trabajando y recreándose en todo lo que puede y está a su alcance.
¡Homicidio agravado y Homicidio Simple en grado de tentativa, es así? , Pues el nexo causal entre los disparos y que el autor haya sido nuestro padre no existe y no está porque no hay huellas dactilares en el arma de fuego, el dermotest da negativo y no hay testigos más que la denunciante, el hermano se fue después de este suceso y nadie sabe o indagó sobre él y su prontuario, ¿no tenemos derecho de sospechar?
Por lo que pedimos que se cancele el posible traslado a la penitenciaría ubicada en la provincia de san Luis a 500 km de nuestra residencia, lo que nos imposibilitaría a tener acceso a las visitas semanales que por derecho nos corresponden y a él como un derecho humano a no ser abandonado por su familia, ya que al estar a mayor distancia y nosotros ser trabajadores en relación de dependencia nos veríamos imposibilitados de concurrir como lo veníamos haciendo hasta ahora a la comisaría de Santa Isabel; consideramos que esto causaría en él un estado de desolación al verse tan alejado de sus familiares directos, que afectaría directamente a su salud, por lo que insistimos en que nos brinden ayuda para que se le otorgue la prisión domiciliaria en la localidad de Santa Isabel, con todo lo que requiere la justicia y pueda cumplir con la condena considerando el deplorable estado de salud y su avanzada edad (81 años). Humanamente tiene derecho a ser reinsertado a la sociedad, si es que él fue el autor del hecho» concluye la misiva dirigida a Derechos Humanos.