El senador por La Pampa Juan Carlos Marino expresó su posición en relación al proyecto
sobre“teletrabajo”, o trabajo a distancia, tratado durante la sesión de este jueves
y que finalmente resultara sancionado como ley.
La iniciativa, buscaba otorgar un marco legal a los trabajadores que desempeñan tareas desde sus hogares o fuera de las sedes del empleador.
“Si bien estamos de acuerdo con el espíritu de la ley, podríamos haber sancionado una versión mejorada, que hubiera significado un gran avance para generar puestos de trabajo, al mismo tiempo que hubiera permitido ampliar las posibilidades de los habitantes de regiones de nuestro país postergadas por ubicarse alejadas de los grandes centros urbanos. Pero, bajo una falsa urgencia, si tenemos en cuenta que esta ley solo se implementará recién 90 días después de
finalizado el aislamiento y no ahora, el oficialismo empujó un texto que deja sabor a poco. Pudiendo haber sancionado una muy buena ley con sólo algunos días más de debate y el aporte de los distintos bloques, por razones que desconocemos, debemos conformarnos con una que se queda a medio camino.” explicó el legislador pampeano.
Algunos de los puntos con los que el senador radical se mostró en desacuerdo están relacionados al resguardo de la intimidad de los empleados y, sobre todo, a la falta de incentivos para la contratación de empleados. “El texto sancionado establece que “los sistemas de control destinados a la protección de los bienes e informaciones de propiedad del empleador cuenten con participación sindical a fin de salvaguardar la intimidad de la persona que trabaja bajo la modalidad de teletrabajo y la privacidad de su domicilio.” Nadie puede oponerse a la protección de la intimidad de los empleados, pero incorporar la intervención de los sindicatos, sin experiencia en este tipo de tareas informáticas, suena extraño y excesivo. Por otro lado, la normativa enumera una serie de supuestos beneficios para empleados que no hará otra cosa que desincentivar las contrataciones y se tornará un búmeran.”
El proyecto sancionado instituye presupuestos para la promoción y regulación de la modalidad del trabajo a distancia en aquellas actividades que lo permitan. Dispone, además, que las regulaciones específicas para cada actividad se decidirán mediante la negociación colectiva y establece que las personas que trabajen contratadas bajo esta modalidad, gozarán de los mismos derechos y obligaciones que las personas que trabajan bajo la modalidad presencial. Asimismo, estipula que el
cambio de modalidad hacia el teletrabajo deberá ser siempre voluntario y los trabajadores podrán revertir el cambio de una a otra. En cuanto a los elementos necesarios para la puesta en práctica del trabajo a distancia, el empleador deberá proporcionarlos y, en caso de que los empleados sean quienes pongan a disposición sus propios elementos, la empresa deberá compensarlos. Otra de las obligaciones de los empleadores será la de garantizar la correcta capacitación para el uso de nuevas tecnologías.
“Esta ley representa una oportunidad perdida, bajo un halo de voluntarismo, esconde cuestiones realmente impracticables. Presentamos un proyecto alternativo plasmado en el dictamen de minoría, que a nuestro entender era superador del que se votó, pero lamentablemente el oficialismo hizo pesar su mayoría y no tuvimos la oportunidad de aportar otras ideas. Estábamos ante la posibilidad de brindar un verdadero marco legal a una modalidad ya en vigencia y que utilizan muchos argentinos. Esta modalidad de trabajo posiblemente sea en el futuro la de la mayoría de nuestros hijos, y ya lo es, en numerosos casos. Muchos de los puestos de trabajo creados en el marco de la llamada economía del conocimiento ya la utilizan. Al mismo tiempo que, muchas personas que tienen dificultades para cumplir con jornadas laborales presenciales o que viven en zonas alejadas de los grandes centros urbanos contarían con una legislación apropiada para realizar una tarea remunerada de manera remota” finalizó Marino.